El visitante encontrará más de 270 saltos a lo largo de los acantilados e islotes, repartidos en un media luna que forma este accidente geográfico.
Desde el centro de visitantes, los senderos se pueden recorrer a pie o sino se puede optar por un pintoresco trencito a combustión a gas.
Básicamente se la puede conocer a través de dos circuitos. Uno inferior y otro superior.
En el inferior se llega a la base de los saltos, la fuerza del agua transformada en rocío o vapor terminan mojando a los concurrentes. Pero la experiencia es única, vale la pena animarse a la aventura. También desde este circuito se puede tomar un bote con destino a la isla San Martín.
En el superior, el paseo es más sedentario. Vistas panorámicas desde las pasarelas y los miradores hacen de la estadía una experiencia inolvidable.
dilluns, 19 de gener del 2009
Recordiendo las parcelas.
Publicat per brenda a 3:46
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